La Terapia de Aceptación y Compromiso supone la principal perspectiva teórica y técnica de las conocidas como Terapias Contextuales de Tercera Generación. Ha sido la más desarrollada hasta la fecha, así como la de mayor y mejor probada eficacia terapéutica.
Se basa en la aceptación plena de la experiencia (sensaciones, emociones, pensamientos, recuerdos…) como estrategia de cambio terapéutico, así como en la clarificación y asunción de unos valores personales que compongan un horizonte vital de sentido.
El sufrimiento psicológico es definido como una proceso de evitación experiencial, es decir, de huida, rechazo, negación y confrontación con nuestra propia experiencia. Tomar consciencia de tal proceso y pasar a aceptar la totalidad de nuestra experiencia es un evento crucial para promover el cambio en psicoterapia. A la vez, todo cambio psicoterapéutico implica, a la luz de nuestra propia experiencia recién descubierta y aceptada, el establecimiento de un compromiso con nuestros valores vitales más genuinos y auténticos.
La Terapia de Aceptación y Compromiso, ACT (actúa) en sus siglas en inglés, es una terapia centrada en el aquí y ahora, que contiene multitud de técnicas prácticas que ayudan al terapeuta a guiar hacia la acción y la transformación a sus clientes: metáforas, ejercicios, técnicas de atención plena, actividades para casa, y un largo etcétera de estrategias terapéuticas.
Los profesionales que han desarrollado la Terapia de Aceptación y Compromiso han generado a su vez una amplia cantidad de investigación encaminada a probar la eficacia de sus presupuestos y técnicas de psicoterapia. Así, basándose en la evidencia, el corpus teórico y sobre todo práctico de la ACT sigue vivo en un continuo proceso de cambio.
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