En esta entrada recogemos varias reflexiones de Osho acerca de la relación entre correr y meditar. En sus propias palabras: “Deja todas las ideas acerca de la meditación, que solamente sentado debajo de un árbol en una postura de yoga es meditación. Esa es solo una de las maneras… Correr, bailar, nadar, cualquier cosa puede ser una meditación. Mi definición de meditación es: cada vez que tu cuerpo, mente, espíritu está funcionando juntos en un solo ritmo esto es meditación… Y si tú estás alerta al hecho de que lo que estás haciendo es meditación ― no de ser parte de las olimpiadas, pero haciéndolo como una meditación ̵ entonces es tremendamente hermoso.”
A veces los corredores han experimentado un “sentimiento oceánico”, en la expresión de Koestler, de expansión de la conciencia más allá de los límites del ego convencional y cotidiano, un conocimiento directo de la totalidad, de una realidad más vasta e ilimitada que la acostumbrada. En ese estado, el corredor es plenamente consciente de su cuerpo, se siente liviano, encaja perfectamente con el entorno, se siente el entorno mismo, fluye zancada tras zancada en un sentimiento extático de aparente ingravidez. No existen preocupaciones, ni pasado ni futuro, ni siquiera existe el propio corredor, tan sólo la carrera, paso tras paso, componiendo un flujo imparable de movimiento. En mayor o menor medida, esos pequeños o profundos accesos de éxtasis, son vividos por multitud de corredores y son un componente fundamental de aquello que les incita a correr cada día, a perseverar, a levantarse cada mañana o enfundarse las zapatillas cuando el sol se marcha y la jornada de trabajo llega a su fin. Gran parte de la motivación de los corredores nace de una búsqueda de ese sentimiento de purificación, de trascendencia del yo y su corte de preocupaciones, de arrepentimientos, de cansinas y repetidas planificaciones o recuerdos. El corredor busca el Ahora, la vivencia desnuda del momento.
Muchos corredores no se dan cuenta, explicaba Osho, de que es eso lo que sucede. Pueden llegar a sorprederse si la experiencia es muy intensa. “¿Quién piensa que en el correr vas a experimentar la divinidad?”, o pueden explicarlo a su propia manera. Sin embargo, lo que ha sucedido es una profunda experiencia meditativa. Pensarán “que era sólo por el correr que disfrutaron el momento; que era un día maravilloso, que el cuerpo estaba saludable y el mundo tan hermoso, y que era sólo cierto estado de ánimo.” Sin fueran conscientes de que la carrera puede convertirse, de que ya lo es de algún modo, en una extraordinaria y poderosa técnica meditativa, podrían ayudarse de ella para expandir su conciencia, para continuar creciendo, para ser más auténticos y compasivos, más libres y verdaderamente felices. “Si se dan cuenta de esto, mi propia observación es que un corredor puede llegar cerca de la meditación más fácil que cualquier otra persona. Correr puede ser una inmensa ayuda, nadar puede ser de una inmensa ayuda. Todas estas cosas deben ser transformadas en meditación.”
¿Cómo convertir la carrera en meditación?
En palabras de Osho, el fundamento básico que cualquier meditación ha de cumplir es que el cuerpo, la mente y la conciencia deben funcionar en unidad. La carrera es una técnica perfecta para ayudarnos a ello. Pero, ¿qué sucede exactamente cuándo corremos, por qué puede sernos de tanta utilidad?
“Cuando estás corriendo, tu respiración se hace muy profunda, de forma natural, y empieza a dar masajes al hara, que es en realidad el centro desde el que se libera la energía meditativa. Además, cuando estás corriendo, estás sacando todo el dióxido de carbono de tus pulmones. El dióxido de carbono vuelve a la gente apagada, muerta, fría, cerrada; está bien para los árboles y muy mal para el hombre. Cuando estás corriendo tus pulmones se llenan de oxígeno y purifican tu sangre, purifican todo el sistema.Correr contra el viento es la situación perfecta. Es una danza de los elementos. Además, mientras corres no puedes pensar; si estás pensando no estás corriendo de la manera adecuada. Cuando corres íntegramente, el pensamiento se detiene. Llegas a estar tan unido a la tierra que la cabeza deja de funcionar. El cuerpo está en una actividad tal que no queda energía para que la cabeza siga y siga: el pensamiento se detiene. Y en esos momentos de ausencia de pensamientos, tu existencia es pura, tu eres simplemente; no sabes quién.
Antes de que podamos elevarnos y alcanzar lo supremo tendremos que volvernos auténticos, tan auténticos como sea posible. Al correr, esa autenticidad se produce.”
Una forma de meditar para cada persona.
Según Osho, en lo que respecta a la meditación, como en lo que respecta a casi todas las cosas, los patrones fijos son una traba y una torpeza. La meditación ha de ser una realidad fluida. Cada persona y cada situación son distintas. “Tenemos que tener muchas dimensiones de meditación como personas hay en el mundo. El patrón no debe ser muy rígido, porque no dos individuos son iguales…El individuo no tiene que adecuarse al patrón, el patrón tiene que adecuarse al individuo. Mi respeto por el individuo es absoluto…te sorprenderías la cantidad de puertas que tiene el templo de la divinidad. Tú también te sorprenderás de que haya una puerta especial solo para ti y para nadie más. Este es el amor de la existencia para ti, es el respeto por ti. Tú serás recibido a través de una puerta especial, no a través de una puerta pública. Serás recibido como un invitado especial.”
Correr en la imaginación.
Visualizar que corremos puede convertirse también en una forma de meditar. “En algún momento utiliza esta técnica”, nos recomienda Osho. Cuando no podamos correr, bien porque estemos enfermos o por cualquier tipo de circunstancia que nos lo impida, podemos practicar del siguiente modo.
“Acuéstate en tu cama e imagina que estás corriendo. Imagina toda la escena: los árboles y el viento, el sol, toda la playa, el aire salobre. Imagínalo todo: visualízalo y dale tanto colorido como sea posible. Recuerda una mañana que te haya gustado mucho: cuando corrías en la playa, en el bosque, y empieza a correr con la imaginación. Notarás que tu respiración va cambiando. Sigue corriendo. Puedes hacerlo durante horas, por kilómetros. Te sorprenderá que aunque lo hagas en la cama, llegarás otra vez a esos momentos en que súbitamente la meditación está ahí.”
El momento maravilloso más allá del momento.
“Puede suceder corriendo. Si alguna vez has sido un corredor, si tú has disfrutado el correr en las mañanas temprano cuando el aire es fresco y joven y todo el mundo está saliendo del sueño, despertándose, y tú estabas corriendo y tu cuerpo estaba funcionando perfectamente, el aire fresco, el nuevo mundo naciendo otra vez de la oscuridad de la noche, Y todo está cantando alrededor, y tú estabas sintiéndote tan vivo… Un momento viene cuando el corredor desaparece y solo queda el correr. El cuerpo, la mente y el alma comienzan a funcionar juntos; repentinamente un orgasmo interior se libera.”
– Quien esté interesado en practicar en grupo la carrera como una forma de meditación, puede escribirnos a piedetrasdepie@gmail.com. Corresponde a Sevilla, pero sea cual sea el lugar en el que te encuentres, cualquier comentario o sugerencia es bienvenido.
– Las citas de Osho han sido extraídas de dos libros: The Book of Wisdom y This Is It! Agradecemos a la interesante página web www.osho.com/es/ su labor divulgativa.
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